Artículo publicado en mayo 2012
Las profecciones (del latín “pro facere” que significa “avanzar”, “progresar”) son un método de predicción astrológica que fue muy popular en la Edad Media, pero como tantos otros saberes astrológicos medievales, cayó en desuso a partir de la revolución científica y el racionalismo cartesiano del siglo XVII.
Por su simplicidad y la exactitud de sus vaticinios, considero a este método otra “perlita” de la astrología medieval, que se suma a los temas de las dignidades planetarias (El Soñario de abril 2012) y el siempre fascinante Almuten Figuris (El Soñario de mayo 2012).
Ascendente profectado y el Señor del Año
El uso más común de este tipo de progresión es el del ascendente profectado. Para calcularlo se usa el sistema de casas iguales, que junto al sistema de signos enteros, era el método de división de casas más utilizado en la antigüedad. El sistema de casas iguales funciona de la siguiente manera: si por ejemplo el ascendente natal está a 15⁰ de Aries, la casa 2 se toma a partir de los 15⁰ de Tauro, la tres a los 15⁰ de Géminis, la cuatro a los 15⁰ de Cáncer, etc.
El método de profección consiste en avanzar o progresar la carta natal 30⁰ por cada año de vida. Si tomamos la carta natal como una fotografía del momento de nacimiento de una persona, el ascendente corresponde a sus 0 años, la casa 2 a su año 1, la casa tres a sus 2 años, etc.
Siguiendo con el ejemplo anterior, el ascendente a 15⁰ de Aries=0 años, casa dos a 15⁰ Tauro=1 año, casa tres a 15⁰ Géminis= 2 años, casa cuatro a 15⁰ Cáncer = 3 años… Y así hasta que volvemos a llegar a Aries a los 12 años, a Tauro a los 13 años, a Géminis a los 14 años… Como la rueda cuenta con 12 signos, cada doce años se repite el signo del ascendente profectado.
O sea que en este ejemplo, con ascendente natal es Aries, el ascendente profectado de sus, digamos, 6 años, es Libra; el de sus 65 años es Virgo; el de sus 25 años es Tauro (ver imagen).
En términos generales y siempre usando el método de casas iguales podemos decir que
La casa uno corresponde a los años 0, 12, 24, 36, 48, 60, 72, 84, 96…
La casa dos corresponde a los años 1,13, 25, 37,49, 61,73, 85, 97…
La casa tres corresponde a los años 2, 14,26, 38, 50, 62, 74, 86, 98
Y así sucesivamente.
Una vez que se encuentra el ascendente profectado hay que prestar mucha atención al planeta que lo rige. Este tendrá una marcada influencia durante todo el año y dará cuenta de los temas dominantes que el individuo deberá confrontar en ese período determinado. Tanta importancia se le daba a este planeta antiguamente que los astrólogos medievales lo llamaban el Señor del Año. Es fundamental analizar su posición por signo, casa y aspectos para saber en qué condición natal se encuentra y qué tipo de influencia ejerce. Por ejemplo, una persona con ascendente natal en Aries tendrá a sus 37 años el ascendente profectado en Tauro. Venus, regente de Tauro, será el Señor del Año. Cabe preguntarse entonces
- ¿en qué signo natal está Venus?
- ¿Está dignificado o debilitado?
- ¿Se encuentra combusto, retrógrado, o bajo los rayos del Sol?
- ¿Está en una casa cadente, sucedente o angular?
- ¿Recibe aspectos de planetas que lo obstruyen o que lo benefician?
- ¿Está siendo activado por algún tipo de tránsito?
El indagar de este modo en el Señor del Año nos da una idea acerca de la predisposición general de la persona a sus 37 años, en que áreas de su vida se enfocará en ese período. También es muy útil buscar la posición del Señor del Año en la revolución solar para complementarla con la información que ya se obtuvo de la carta natal.
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Casas y planetas profectados
Si bien el uso más común de esta técnica es la del ascendente profectado, cualquier punto de la carta, ya sea una casa o un planeta, puede ser progresado de este modo.
Las casas astrológicas profectadas: al progresar las demás casas distintas del ascendente se usa el sistema de signos enteros. Esto quiere decir que no importa en que grado se encuentre la cúspide de una casa determinada, se toma el signo entero. Así, para un ascendente en Aries, la casa dos en Tauro, se analiza desde los 0⁰ hasta los 30⁰ sin importar en que grado exacto está su cúspide.
Se profecta la casa:
- dos para conocer el estado de la economía en un determinado año.
- tres para averiguar acerca de los estudios, la comunicación y el vínculo con hermanos o vecinos.
- cuatro para profundizar acerca de la familia, el hogar, los bienes inmuebles, el pasado.
- cinco para saber más acerca de los hijos, los amores o la creatividad.
- seis para conocer el estado de salud y el vínculo con empleados o trabajadores.
- siete para profundizar acerca del matrimonio, los socios, los vínculos íntimos.
- ocho para saber acerca de la sexualidad, los duelos, las herencias, el dinero que llega a través de otros.
- nueve para conocer acerca de viajes, altos estudios, asuntos religiosos o filosóficos, los cuñados.
- diez para averiguar acerca el estado de la carrera o profesión.
- once para profundizar acerca de los amigos, grupos, proyectos de futuro.
- doce para saber acerca de enemigos ocultos, y las pruebas provocadas por los aspectos negados de nuestra personalidad, las pérdidas.
¿Cómo se profecta una casa? Digamos que queremos averiguar acerca del estado general de la economía de una persona para un año determinado. Se toma su casa dos (la plata) como punto de partida y se le adjudica el valor 0 años. La casa tres, 30 grados más adelante, corresponde al año 1 para la economía, la casa cuatro al año 2 para la economía y así sucesivamente.
Entonces la casa dos para la economía de la persona corresponde a sus años 0, 12, 24, 36, 48, 60, 72, 84…
La casa tres para la economía corresponde a sus años 1,13, 25, 37, 49, 61, 73, 85…
La casa cuatro para la economía de la persona corresponde a sus años 2, 26, 38, 50, 62, 74… y así con cada casa, siempre tomando el grado 0 del signo, ya que se utiliza el sistema de división de casas de signos enteros.
¿En qué signo cae la casa dos profectada? ¿Qué planeta rige ese signo? ¿En qué estado se encuentra dicho planeta? Si el planeta regente de la casa dos profectada está en una posición fuerte, dignificada, libre de aspectos conflictivos, entonces la economía de ese año será próspera. Si, en cambio, se encuentra debilitado o afligido, es de esperar que la situación económica de ese año se resienta.
Imaginemos ahora que el individuo nos consulta acerca de su matrimonio, en cuyo caso la casa siete pasa a ser el punto de partida y corresponde a sus 0, 12, 24, 36, 48, 60, 72, 84 años
La casa 8 para el matrimonio corresponde a sus 1, 13, 25, 37, 49, 61, 73, 85 años
La casa nueve para el matrimonio corresponde a sus 2, 14, 26, 38, 50, 62, 74 años, etc.
Como en todos los casos, se analiza el regente de la casa profectada correspondiente.
Dicho sea de paso, y siguiendo con el tema del matrimonio, según el experto en astrología medieval Robert Zoller, uno generalmente conoce a su futuro cónyuge cuando el ascendente profectado coincide la casa en la que está emplazado el regente de la casa siete.
Planetas profectados
Para profectar un planeta sencillamente le sumo 30⁰ por cada año. Cada planeta nos da información de acuerdo a s naturaleza: el Sol profectado se relaciona con experiencias y oportunidades que la vida nos va presentando y describe las áreas de interés que se activan en un determinado año. La Luna profectada da cuenta de nuestra respuesta emocional ante las circunstancias de la vida, como tendemos a vivenciarlas en nuestro interior. Y así con los demás planetas. En todos los casos es fundamental ver el estado del regente del planeta por signo, casa y aspectos.